Descripción
El Estado Colombiano como componente dentro de su obra republicana, “debido a su prolongada adhesión a la democracia representativa” (Villa, 2010, p. 55), se instaura la separación del poder público en tres grandes ramas u órganos, por un lado, la democracia se convierte en el cimiento más fuerte de todo el Estado; por ende se destina a la Constitución Política como la máxima norma de todo el ordenamiento jurídico, convirtiéndose en el cuerpo jurídico-político que inspira la creación de las demás normas del ordenamiento jurídico, y que, además, las condiciona a su criterio para darles validez (Kelsen, 2005), esta tradición que se fue instaurando en el ordenamiento colombiano a medida que surgían las transformaciones en los ordenamientos constitucionales que se vivieron en el pasar de los años del siglo XIX, daría cuenta a las diferentes estructuras gubernamentales que han demostrado las vicisitudes que direccionan a la construcción de la organización y el accionar de la esfera pública dentro de un llamado Estado constitucional. En este aspecto, como lo apunta el autor Henao (1997), partiendo del estudio sobre el Estado de Derecho, con la Carta Magna de 1886, las bases del Estado colombiano se entendían de sumo sólidas, al punto que, dentro de su construcción se fija un valor representativo alrededor de la importancia de la democracia, que por medio de esta, las dinámicas entre el bipartidismo – conservadores y liberales – se emplearían un espacio donde se llevarían a cabo la pugna sobre la democracia, siendo partícipe y encarnando en gran medida la formación del constitucionalismo durante el siglo XX.
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