La crisis planetaria derivada de la de salud pública desatada por la pandemia del COVID-19 ha replanteado las reglas de juego de la geopolítica, la economía y la convivencia social en tiempos de globalización. Esta pandemia tuvo como primer impacto el colapso del sistema sanitario, y como segundo, el ingreso a una cuarentena a nivel global que paralizó la sociedad y la economía, y nos empujó a un confinamiento preventivo. Esto a su vez implicó el empuje hacia la virtualización de las actividades, tales como la educación remota y el teletrabajo, o mejor aún, el trabajo en casa, de manera intempestiva, involuntaria e improvisada; acelerando así el ingreso en la cuarta revolución industrial, pues el trabajo y estudio apoyado en la tecnología virtual basada en internet, que iba a tomar dos décadas en instalarse como modelo dominante, tomó ahora solo tres meses.