Descripción
Múltiple y diverso, el pensamiento latinoamericano abre sendas, atraviesa obstáculos y avanza con firmeza. Se detiene y proyecta, como hace el viajero que visualiza a la distancia su objetivo; a veces avanza en círculos y duda de la dirección a la que se dirige, pero halla su norte más tarde o más temprano. Ni la maleza, ni las dificultades de quien explora, ni el tupido follaje que parece nublarle por momentos la vista y el juicio, podrían detenerlo. No hay mapa alguno, pero existe brújula. Tiene claro su destino, aunque no haya certeza de su llegada. No se sabe cuándo, ni cómo, ni por dónde. Lo que ahora importa, sin embargo, es su proceso, el camino mismo que, en un caso como éste (el de pueblos, naciones y países de una o de otra manera dependientes), no puede ser otro que el camino complejo y contradictorio de la liberación. Tal es el carácter de un pensar situado, abierto al mundo, pero también consciente del preciso lugar que en él ocupa. Si existe entonces el pensamiento latinoamericano, existe sólo como pensamiento de liberación del cual, desde luego, se desprenden todas sus distintas configuraciones (aunque no todas y no siempre bien logradas)
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